Compañero de trabajo
Esta relación es tan importante ya que se ha comprobado que tener un amigo en el trabajo incrementa la productividad, hace que el día se vaya más rápido y que el ambiente laboral en sí sea percibido como más liviano y divertido. Con ellos se puede compartir los problemas que se tienen con el jefe o los compañeros sabiendo que es una persona de confianza.
Compañero de Universidad
Se puede comentar la mala nota que puso la profesora. No sólo se comparten los problemas de la universidad, sino que se resuelven dudas y se tiene a una persona en la cual apoyarse cuando las cosas se vuelven difíciles.
Compartir el mismo hobby
No hay nada más divertido que compartir las actividades que a una persona más le gustan con otra que comprende perfectamente lo que se siente ante una buena película, un museo, o jugando un partido de fútbol
Aunque son pocos los que soportan que les digan la verdad respecto de sus errores y decisiones, lo cierto es que siempre se requiere de un amigo que tenga la capacidad de decir con total franqueza lo que piensa.
Para sentirse bien
Después de una honesta conversación con el amigo que dice siempre la verdad, una persona puede requerir de otro amigo que le levante el ánimo y le diga que no todo es tan oscuro. Con sonrisas y mucha energía elevan el ánimo del más decaído.
Amigos para siempre
Por encima de todas las categorías está aquel que se conoce de por vida, con el que se ha compartido las vivencias más tristes y las más felices, que conoce los detalles de la biografía de una persona y entiende lo que siente la persona con muy pocas palabras. Ellos mantienen viva la memoria del pasado compartido y se transforman, con el tiempo, en algo mucho más grande que sólo un amigo.
Por Interés:
Los que se quieren por interés no se quieren por sí mismos sino por los beneficios que pueden alcanzar. El cariño obedece al propio bien de ellos. Además, señala Aristóteles, las amistades que reposan en el interés suelen se objeto de reclamaciones y disputas ya que los amigos se tratan con vistas a la utilidad por lo que cada uno de ellos exige cada vez más y cree recibir menos de lo que le corresponde.
Por Placer:
Los que se quieren por placer, solo piensan en aquello que les resulta agradable y, por ello, son personas frívolas. El cariño obedece a su propio gusto y no al modo de ser del amigo. Según Aristóteles, en los jóvenes la amistad puede tener más su base en el placer que en la utilidad, ya que éstos persiguen sobre todo lo que les es agradable y lo presente. Por eso los jóvenes suelen hacerse fácilmente amigos pero también suelen muy fácilmente dejar de serlo.
Por Utilidad:
También puede darse amistad por utilidad. Según Aristóteles la amistad por utilidad está presente sobre todo en los viejos ya que a esa edad ya no se busca lo agradable o placentero sino lo útil.
La amistad perfecta, según Aristóteles, es la de los hombres buenos e iguales en virtud ya que éstos quieren el bien el uno del otro. Los que quieren el bien de sus amigos, por causa de ellos mismos, son los mejores amigos, puesto que es por su propia índole por lo que tienen esos sentimientos y no por accidente como sucedía en las clases de amistad señaladas anteriormente. Aristóteles afirma que tales amistades son raras, ya que los hombres de este talante son pocos. Además requieren tiempo y trato para poder conocerse a fondo. En las amistades perfectas, producto de la virtud, no suele haber, según Aristóteles, reclamaciones ni reproches ya que ningún verdadero amigo tiene envidia de los éxitos del otro. Tampoco suelen darse quejas en las amistades que buscan el placer, puesto que ambos obtienen lo que desean, si se complacen en el mutuo trato, y resultaría ridículo quien reclamara contra el que no le agrada pudiendo no pasar el tiempo con él.